Cortesía @NoraPJara


Dos muertos y unos 1.600 pobladores desplazados dejó el domingo un cruento enfrentamiento entre grupos criminales que se disputan el control una zona de cultivo de amapola en el estado de Guerrero, en el sur de México, informaron este martes autoridades locales.

El enfrentamiento se desató la tarde del domingo en la sierra de Guerrero cuando unos 3.000 policías comunitarios (fuerzas irregulares) recorrieron varias comunidades para tratar de romper un bloqueo carretero, para penetrar en zonas controladas por otros grupos criminales. Esa incursión desató enfrentamientos con balaceras que se extendieron durante horas, constató la AFP.

Las policías comunitarias surgieron hace unos años en el estado de Guerrero y en el vecino Michoacán ante la ineficacia, y a veces complicidad, de las fuerzas de seguridad locales ante grupos del narcotráfico. Aunque algunas de esas fuerzas fueron reconocidas e incluso regularizadas, hay algunas que siguen actuando por su cuenta y son acusadas de estar infiltradas por el crimen.

Como consecuencia de los hechos del domingo, el gobierno confirmó en un comunicado difundido este martes que en la localidad de Filo de Caballos se localizaron "dos cuerpos sin vida", ambos con varios disparos de armas de fuego.

El alcalde de Leonardo Bravo, Ismael Cástulo Guzmán, dijo que han llegado al municipio unos 1.600 pobladores de varias comunidades cercanas por temor a las balaceras y los asaltos que habrían cometido los policías comunitarios.

Cortesía de Quadratin, Guerrero.


"Los comunitarios cuando llegaron a Filo de Caballos robaron cosas, carros, televisiones", dijo a la prensa Cástulo Guzmán.

En esa comunidad quedaron una veintena de casas baleadas y una incendiada, además de que unos 30 vehículos también fueron alcanzados por los disparos.

Los llamados policías comunitarios han defendido su avanzada con el argumento de que buscaban liberar una carretera que conecta con Chilpancingo, capital de Guerrero, y que estaría controlada por criminales que impedían el paso de los pobladores y de mercancías.

La zona de conflicto, donde se siembra amapola, es patrullada por el ejército, pero eso no ha conseguido poner fin a las actividades de grupos criminales.

Guerrero es uno de los estados más violentos de México en el que se enfrentan células criminales autónomas surgidas de cárteles de las drogas que se han visto diezmados en los últimos años, pero que buscan recomponerse.

Según cifras oficiales, la violencia ligada al narcotráfico ha dejado más de 200.000 muertes violentas en México desde diciembre de 2006, cuando el gobierno federal lanzó un polémico operativo militar antidrogas. La estadística no detalla cuántos casos estarían ligados al crimen organizado.